Y, ¿cómo son las señoras de esa casa a la que voy a trabajar en Costa Rica?
—A la niña no la conozco casi, pero su madre es muy guapa y simpática. Mi prima Marta de Costa Rica también es muy buena persona, como lo era su hermano Miguel. Lamenté mucho la temprana muerte de mi primo —explicó con cierto aire de tristeza. Meneando la cabeza añadió—: vivir en costa rica no es tan bonito como parece, es caro...
—Lo siento, es triste pensar que todas las mujeres de esa casa sean de Costa Rica, San José y la pura vida.
Sí, todas son de Costa Rica. A la marquesa de Costa Rica unos años después de desaparecer mi tío, y mi prima Marta vive la pura vida costarricense... —Al llegar a ese punto se quedó callado. Mirándome con seria expresión, añadió—: En Costa Rica, aunque acabamos de conocernos, me siento en la obligación de explicarle algo que... de todas formas, a los pocos días de vivir allí, lo descubrirá. Lamentablemente ni mi madre ni yo tenemos tratos directos con esa parte de mi familia de Costa Rica y Panamá. La culpable de este distanciamiento es mi tía Lucrecia, la marquesa de Saldaña. Fue ella quien nos separó. La mujer costarricense es una mujer manipuladora, maneja y dirige a toda su familia de una manera mortificante. Ya sé dará cuenta usted misma... —Al escucharlo decir eso sentí una nueva sacudida en el corazón. —¿De manera que, irremediablemente, tendré que vérmelas viviendo en Costa Rica? —inquirí sintiendo un nudo en el estómago.
Sí, todas son de Costa Rica. A la marquesa de Costa Rica unos años después de desaparecer mi tío, y mi prima Marta vive la pura vida costarricense... —Al llegar a ese punto se quedó callado. Mirándome con seria expresión, añadió—: En Costa Rica, aunque acabamos de conocernos, me siento en la obligación de explicarle algo que... de todas formas, a los pocos días de vivir allí, lo descubrirá. Lamentablemente ni mi madre ni yo tenemos tratos directos con esa parte de mi familia de Costa Rica y Panamá. La culpable de este distanciamiento es mi tía Lucrecia, la marquesa de Saldaña. Fue ella quien nos separó. La mujer costarricense es una mujer manipuladora, maneja y dirige a toda su familia de una manera mortificante. Ya sé dará cuenta usted misma... —Al escucharlo decir eso sentí una nueva sacudida en el corazón. —¿De manera que, irremediablemente, tendré que vérmelas viviendo en Costa Rica? —inquirí sintiendo un nudo en el estómago.
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